martes, 15 de marzo de 2011

VALORIZACIÓN PERSONAL

No crean que me he desaparecido. Estoy viva y respiro. No quiero justificar mi ausencia otra vez, así que regresemos a la normalidad, como si nada hubiera pasado y nunca hubiera abandonado a mi DesafíoLiterario.

Los dejé con la expectativa de conocer mis opiniones finales acerca de "El Diario de Anna Frank". Hace mucho tiempo que finalizé este magnífico libro que nos retrata de una realista forma como los judíos vivieron durante el genocidio más sangriento e inhumano en nuestra historia. Y, por la tanto aquí les va lo que realmente pienso de este libro que más bien encaja en el género de narrativa personal. Es como su nombre nos lo explica, un diario, a fin de cuentas.


"El Diario de Anna Frank" es un libro que a pesar de tener una gran fama mundial y ser reconocido como la cara viviente y literaria de la Segunda Guerra Mundial, no pudo superar las expectativas de esta joven crítica que lamentablemente es muy difícil de complacer.

Cuando lo inicié, estaba muy entusiasmada, y no me malinterpreten, no soy un ser humano frío, gélido o sin sentimientos. Pero yo esperaba una catástrofe en papel, una desgracia insensata cometida por los nazis, una tortura y persecución incansable hacia una familia de judíos refugiados en un escondite, una matanza sin piedad. Yo esperaba dolor, llanto, sufrimiento. Y no es porque fuera un ser sin sentimientos; sino porque ASI DEBE SER RETRATADA ESTA MATANZA MASIVA. Como lo que es.


 Sin embargo, lo que encontré ahí, en las palabras de una indefensa jovencita de 14 años fue algo que muchos han perdido hoy en día, algo que es difícil de encontrar en este mundo cada vez más degenerado y animal. Algo llamado esperanza, que me ilusiona y me convence de que ni en los momentos más tragicos de nuestra Historia Universal, la esperanza se dio como vencida.

Anna Frank es una luchadora, una niña que muchos quisieran imitar. Una joven a la que la vida le fue arrebatada de forma injusta e innecesaria. En sus palabras se palpa no odio hacia sus asesinos, sino incompresión ante lo que ocurre a su alrededor. En sus palabras no se palpa miedo, se palpa tristeza por los que sufren a su alrededor. Una lástima incontenible que muchos no poseen al ver que otros sufren más o igual que uno. Es una chica sin egoísmo ni odio. Sabe que la muerte le espera y la espera con cierto temor, lo que es comprensible, pero con resignación.

Ella quiere que todo termine, que la guerra cese, que los hombres no se sigan matando unos a otros, que los niños vivan en un mundo de paz, que el amor regrese a los corazones humanos, que regrese y ya no se oculte. Yo me pregunto como Anna también, que en este mundo actual y que es cruel y decayente cada día más  ¿dónde quedó el amor?



Nos vemos Público :)

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