VAMOS A CALENTAR EL SOL - LIBRO Nº 14

Día Noventa y Siete. Avanzando cada día más con mi desafío, voy a decir orgullosamente que ¡ya estamos en el libro nº 14!. Es cierto, que debería tener leídos mucho más, pero como ya lo saben, mi ajetreado y ocupado horario no me lo permite.

Esta nota es muy especial, pues va dedicada a uno de los libros que marcaron mi infancia y que fue una de aquellas maravillosas historias que hizo me enamorara dulcemente de la Lectura. Le agradezco a este libro y a otros más mi obsesión por las novelas.

"Mi planta de Naranja Lima", es una tierna, conmovedora y preciosa historia que tocó mi corazón profundamente. Recuerdo, que fue la primera vez que lloré con un libro. Lloro muy raras veces y; sin embargo, la magia de el brasilero José Mauro de Vasconcelos produjo ese extraño efecto que con tanta emoción recuerdo. Al finalizar la historia de Zezé, recuerdo que me sentí tan impotente por no poder continuar con la trama de la historia, que permanecí es un estado catatónico por una semana, sin exagerar. Solo pensaba en la muerte de Tortuga, en Zezé y su inolvidable pajarito en el pecho.

Hace pocos años, mientras entablaba una interesantísima conversación con uno de mis mejores amigos residente en Brasil, precisamente, me dí con la gratísima sorpresa de que las aventuras de Zezé no finalizaban con "Mi Planta de Naranja-Lima"; sino que continuaban con el 14 libro de mi desafío, "Vamos a calentar el Sol".

 Zezé, protagonista de "Mi planta Naranja Lima" y "Vamos a Calentar el Sol"

Por "x" razones de la vida, y ahora que tengo tiempo para reflexionar, no entiendo por que no fui inmediatamente a la librería a adquirirlo; sino que dejé pasar el tiempo.

Sin embargo; con el inicio de este desafío, "Vamos a calentar el Sol", fue uno de los primeros libros que se me vino en mente para incluirlo en mi larga lista de novelas por leerse. Y no es para menos, excluir a esta magnífica historia, que ya empecé a leer, sería un pecado, algo que no me lo perdonaría. Y es así que con 200 páginas en blanco, me siento tan entusiasmada con esta tierna historia de Vasconcelos, que admito con cierta añoranza y nostalgia, me vuelvo a sentir una pequeña niña ...

¡Nos vemos cuando este libro sea finalizado! :)